¿Por qué no puedo parar de pensar en ti si ya te he olvidado?

Y al final, cuando creía haberlo conseguido después de tanto tiempo, un solo minuto me ha hecho reparar en que aunque mi cabeza sepa que lo mejor es olvidarte, cada una de las moléculas del resto de mi cuerpo están gritando tu nombre seguido de un "te quiero" unas dos mil veces por segundo. Un "te quiero" con miedo, un "te quiero" sincero; un "te quiero" con una lágrima, un "te quiero" con una sonrisa, un "te quiero" que me hace seguir queriendo, a este amor no correspondido.
Esta misma chica que hace tan solo unos meses era feliz gracias a ti, es hoy por la misma segunda persona del singular, que hoy llora desconsoladamente intentando encontrar el amor que dejaste olvidado por alguna parte. Ella ya no sabe donde buscar, no sabe donde ir, no sabe donde hallar esos días de felicidad patrocinados por ti.