lunes, 29 de agosto de 2011

Adrenalina en estado puro

Dicen que el mundo es un pañuelo, yo nunca he encontrado parecido razonable entre una cosa y otra, de hecho, yo siempre he pensado que el mundo es como una ola. En la orilla están las que te rompen en los pies, y cuando vas entrando y esta vez te rompe en el estómago, se te respiga la piel y sientes una pequeña sensación de frío. Poco a poco te vas adentrando en el mar, y allí está la que esperabas, la gran ola, ahora tú y solo tú decides si prefieres salir corriendo a la orilla e intentar salvarte de ella, o por el contrario ir de frente y que sea lo que Dios quiera. Cuando en este caso te armas de valor, lo más seguro es que caigas y sientas una inmensa corriente de agua por encima de ti mientras tú estas sumergido en el mar, pero, cuando estás ahí arriba, y la espumilla te roza los pies, es cuando te das cuenta de que esperar merece la pena, y que nunca es tarde para ser feliz.

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